volver

Tratamiento general del glaucoma

El glaucoma (en realidad LOS GLAUCOMAS, porque hay varias formas clínicas) se trata en principio con medicamentos administrados localmente en forma de gotas. Una vez diagnosticado, el glaucoma no se cura (es una enfermedad crónica como la diabetes), pero si el tratamiento es eficaz y el paciente lo cumple, hay una probabilidad razonable de que la visión se mantendrá.

 

La forma de actuar de estas gotas es descender la presión ocular dado que, habitualmente, el aumento de esta última por encima de los valores tolerados por el nervio óptico hace que éste sufra un daño progresivo que puede llevar a la ceguera.

 

Raramente el daño puede ser producido o agravado por otros factores diferentes de la presión ocular.

 

Cuanto más avanzado es el glaucoma en el momento de ser diagnosticado, más baja deberá ser la presión obtenida con el tratamiento para que el objetivo de conservar la visión pueda lograrse.

 

Hay diversos tipos de medicaciones antiglaucomatosos y el oftalmólogo elige el tipo de medicación más apropiado para cada paciente según el diagnóstico de glaucoma, según la cantidad de daño y según otras características del ojo y de la persona. A veces se indica más de una medicación, que pueden estar en un solo frasco o en dos diferentes.

 

El número de instilaciones (colocación de gotas) es variable. Lo ideal es lograr la regulación del glaucoma con una a dos instilaciones por día.

 

Periódicamente se chequea la eficacia de la medicación con controles de presión y, con una frecuencia algo más espaciada, con campos visuales y estudios del nervio óptico (examen clínico con una lente especial o mediante instrumentos denominados HRT u OCT).

Inicio     Contacto
Designed by ARTAN